Vivir con Diabetes

Para niños y adolescentes

A medida que los niños crecen, se vuelven más independientes. Este es un momento en el que asumen la responsabilidad de su propio horario, tareas y, en el caso de la diabetes tipo 1, de su propia salud. Esta transición no es fácil para padres e hijos.

La pubertad es una etapa de grandes cambios tanto en el cuerpo como en el estilo de vida. En un comienzo están los cambios físicos y con ellos tanto niños como niñas a menudo experimentan un aumento del apetito, y más apetito significa más insulina. Además, están creciendo lo que también aumenta la necesidad de insulina.

Por otra parte, las hormonas sexuales (estrógeno y testosterona), actúan en contra de la insulina. Mientras que la insulina reduce la glucosa (azúcar) en sangre, las hormonas sexuales la aumentan. Las hormonas del estrés, como el cortisol, también aumentan los niveles de glucosa (azúcar) en sangre y es normal que un adolescente puede experimentar una cantidad significativa de estrés.

La pubertad es un momento en el que los niños prefieren estar con sus amigos que lidiar con la diabetes tipo 1, ellos tienen muchas cosas en sus mentes y sus preocupaciones pueden hacer que se olviden inyectarse insulina, revisar su glucosa (azúcar) en sangre, sus suministros necesarios etc.

Es recomendable que los padres hablen con el equipo médico sobre cualquier cambio y elaborar un plan en conjunto entre padres niño/a y médico para poder afrontar esta etapa de la mejor manera.

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